Uno de los muebles más misteriosos del mundo es el biombo, esta bella tablilla es cómplice y escondite, es una puerta de la intriga y por ello da mucho juego en el arte, el cine y la literatura. Además donde lo pongas queda muy bien y te permite separar los ambientes de la estancia, en Oriente se pintaron auténticas obras de arte sobre él. El biombo se empleó en un principio para protegerse del soplar del viento (±èÈ¢® , del japonés Byōbu …ì Byō ‚ protección…ù+ bu ‚ viento…ù), así como para separar la zona de huéspedes y esconderse ante visitas inoportunas, su origen hay que situarlo en China, en la dinastía Han probablemente.
Después llegó a Japón en el siglo VIII y allí se desarrollaron diferentes escuelas. Dentro de la cultura japonesa destaca el artista Ogata Korin, de la escuela Rimpa, que se caracteriza por una estilización muy original de los elementos naturales. Una de sus obras más destacada es la pareja de biombos “Grulla y ciervo”. Otro importante creador de biombos es Tohaku , fundador de la Escuela Hasegawa y que estuvo al servicio del poderoso Toyotomi Hideyoshi, su obra más famosa es “Biombo con pinos en la niebla”.
En Sakai Hoitsu, admirador de Ogata Korin, se aprecia que su obra combina el realismo de los objetos de la escuela ukiyo-e con influencias de Korin. Cabe señalar su biombo “Plantas y flores de las cuatro estaciones”. Shohaku Soga fue el pintor más excéntrico del período Edo, en sus obras aparecen elementos fantásticos y de la naturaleza. Tiene un trazo muy ágil y detallista , una sus obras más conocidas son “Dragón y tigre”.
Para decorar los biombos utilizaban técnicas de estampación como el sumizuri-e y el nishiki-e. El primero es un solo taco de madera estampado con tinta negra, mientras que el segundo, más moderno, consiste en varios tacos de madera estampados cada uno con una tinta diferente.
El biombo es hoy un elemento de decoración muy utilizado en Occidente, su introducción en Europa fue probablemente en torno a 1585, cuando una delegación de católicos japoneses visitó al monarca Felipe II. El emperador español quedó prendado ante su belleza y a partir de ahí se adoptó su uso ornamental primero por la corte hispánica y después, debido a la influencia española, por el resto de Europa. De hecho en Alemania se conoce como spanische wand (pared española).
Una de nuestras obras se titula precisamente El biombo Lacado, como veis da mucho juego en la literatura. Si queréis más información: https://www.quaterni.es/producto/el-biombo-lacado-los-casos-del-juez-di/