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En una noche nevada de marzo, en un lugar llamado Seaidô, un grupo de personas se reúne para contar kaidanes o cuentos de fantasmas, los más extraños e inexplicables que conocen. El excéntrico dueño del lugar y una rana de tres patas son los anfitriones.
La historia de un misterioso ciego que espera a alguien en un embarcadero, el cuento de una máscara de mono, el de un pozo en cuyo interior están escondido un secreto inimaginable, o el de una siniestra mujer de una sola pierna son solo algunos relatos en los que además de fantasmas, veremos reflejadas las pasiones humanas, sentimientos aun más terroríficos que cualquier aparición sobrenatural.
Escrito desde una perspectiva moderna, pero mostrando una clara añoranza por el pasado, Fantasmas y samuráis, es un apasionante recorrido por el Japón del periodo Edo y anteriores, un país que ya no existe, plagado de costumbres, mitos y leyendas ancestrales y al que solo podemos acceder a través de la literatura.
Okamoto Kidô (1872-1939), famoso por sus relatos sobre el inspector Hanshichi y por sus obras de teatro Kabuki, siempre estuvo interesado en los cuentos de fantasmas, un género que la sociedad japonesa de su tiempo despreciaba, algo que no le impidió convertirse con el paso del tiempo en uno de los autores más queridos de la literatura popular nipona.
Editorial Quaterni presenta un nuevo libro de uno de los escritores más interesantes de la primera mitad del siglo XX, traducido íntegramente del japonés.
La Prensa ha dicho…
“Una literatura imposible de encajar en el corsé del género, repleta de variedad, riqueza y particularidades (…) Los protagonistas son más fríos a la hora de cometer sus crímenes, muy racionales, muy aislados a pesar de vivir en estrecho contacto con millones de seres tan solitarios como ellos mismos” Alberto Gordo, El Cultural de El Mundo.
“Nacido en 1872, es el creador del detective Hanshichi, émulo de Sherlock Holmes en Japón, según la crítica y poeta Ida Vitale. Las novelas de Kido poseen ese juego deductivo de la obra de Arthur Conan Doyle y la vez ofrecen un retrato de las costumbres del Japón imperial, como, por ejemplo, que un samurái no puede creer en fantasmas. También hay incursiones en lo metafísico como ese relato en el que unos gatos dominan a su dueña, que se incluye en su libro Fantasmas y samuráis.” Paula Corroto, eldiario.es
Vídeo reseña Los relatos de Clío https://youtu.be/2BzzCGwi7yM
“Sus kaidanes o historias de fantasmas, aparte de fascinar con ayuda de sólo un puñado de líneas con la figura de Yomoshiro, el samurái errante, versan sobre almas atrapadas en espejos, guerreros sabios en la predicción del futuro a partir de la fisiognomía, muertos que suplantan a vivos, comensales que vaticinan la muerte próxima de un invitado y cangrejos obedientes a oscuras fuerzas del intermundo.” Joaquín Albaicín, Cultura Transversal
“Una obra muy recomendable, rápida de leer y muy entretenida que sin duda se ha convertido para mí en otra lectura obligada de la literatura nipona. (…) Esta antología de cuentos costumbristas sobre hechos inexplicables nos deja abierta la puerta a un mundo sumamente supersticioso, una cultura que pese a su gran modernidad y avanzada tecnología, conserva sus costumbres y creencias.” Alexander, blog Donde acaba el infinito
“Samurais, ronin, campesinos, espíritus dolientes, damas y señores…, se desenvuelven en un ambiente costumbrista, muchas veces abiertamente rural, de zonas remotas en bosques y montañas, o de «barrio» si trascurre en una ciudad, donde se producen muertes y tragedias irreparables, venganzas que perduran en el tiempo, represalias injustificadas, tristes actos de pura mezquindad, amores y odios unidos de forma inseparable, rumores infundados, envidias y celos que desencadenan terribles dramas, asesinatos causados por una maldición, jóvenes enamoradas de pretendientes inalcanzables, encantamientos que pasan de una generación a otra…”, Santiano Gª Solans, Sagacómic – Lothlórien
José Luis Ramírez, editor de Quaterni, habla de libros japoneses en el programa El Marcapáginas de Gestiona Radio
“El silencio, el equilibrio, y esa sutil sugerencia de lo monstruoso o lo fantástico como una sombra, una imagen apenas vista, resultan uno de los puntos fuertes de las historias que nos presenta el autor (…) Si os gustan los cuentos de fantasmas clásicos esta antología os enseñará más sobre este país de Oriente.”, Alejandro Guardiola, Fantasymundo.com
“Un libro estupendo para regalar a alguien que le guste pasar algo de miedo y, además, la cultura japonesa”, STNyusu.
“Los relatos que nos ocupan decir que no son tan espeluznantes y macabros como ese cine de terror mencionado, pero poseen una atmósfera única y el exotismo juega a su favor, ya que son historias poco o nada conocidas en occidente. De nuevo Kidô se preocupa de acercar al lector las costumbres de la época, muchas veces ligando esos detalles con la propia narración. Las doce historias que componen la publicación son doce estupendos textos cuya lectura pueda acompañar a uno en la noche de los Difuntos… si se atreve a abrir sus páginas y dejar salir a esos seres que solo habitan en el imaginario popular. ¿O no?” Vori García en La Torre de Vorimir
Primer Capítulo
Sobre el autor
Okamoto Kidô (Edo 1872- Edo 1939).
Nacido en la ciudad de Edo, antes de que esta se convirtiese en Tokio; su padre, samurái de bajo rango, perdió su posición tras la Reforma de Meiji y encontró trabajo en la Legación Británica. Obligó a su hijo a estudiar inglés desde edad temprana, por lo que el joven Kidô pronto pudo leer literatura occidental.
Debido a la precaria situación económica familiar, se vio obligado a trabajar desde muy joven, lo que le impidió estudiar en la universidad y dedicarse a lo que siempre había soñado, convertirse en autor de obras teatrales de Kabuki. Se dedicó al periodismo haciendo reseñas de estrenos teatrales y escribiendo artículos diversos y sirvió durante un breve tiempo como corresponsal en China durante la guerra chino-japonesa.
Años después, finalmente logró escribir su primera obra de Kabuki que tuvo una gran repercusión y éxito de público. A esta le siguieron más de doscientas, algunas de las cuales alcanzaron mucha fama y se siguen representando, incluso en la actualidad.
Pionero tanto de las novelas históricas como de las detectivescas, siempre estuvo interesado en los cuentos de fantasmas, un género que la sociedad japonesa de su tiempo, inmersa en la modernidad, despreciaba por considerar que pertenecían al pasado feudal, situación que preocupó sobremanera a Okamoto, pero también a otros como Lafacadio Hearn (1850-1904) y Kunio Yanagida (1875-1962), ya que la gran mayoría de los cuentos habían sido tradiciones orales y podían desaparecer.
Al contrario que los otros, Okamoto prefirió escribir cuentos originales, muchos de ellos basados en leyendas chinas y japonesas. Por este motivo, su estilo de escritura es más moderno y dinámico, además de estar claramente influenciado por Edgar Allan Poe (1809-1849) y otros autores occidentales.
Sus cuentos de fantasmas junto con su detective Hanshichi, personaje inspirado en Sherlock Holmes y publicado también en esta colección, le han valido el reconocimiento de la sociedad nipona y hoy en día es uno de los autores más queridos de la literatura popular japonesa.