En el periodo Edo – entre 1603 y 1868 – floreció en Japón una nueva escuela de pintura conocida como bujinga (Êñá‰∫∫Áîª), cuyo nombre significa “pintura intelectual” (bun, “cultura”, jin, “persona”, ga, “pintura”), y también se conoce como pintura nanga (ÂçóÁîª), “pintura del sur”. Se la denomina intelectual porque los pintores de esta escuela se consideraban a sí mismos como creativos, intelectuales e ilustrados. Estos artistas compartían una admiración por la cultura china, cuya influencia en Japón era enorme, y plasmaban en sus cuadros paisajes de dicho país. Admiraban a los pintores chinos ilustrados – Wenrenhua – de las dinastías Yuan, Ming y Qing.
La razón de ese nombre de “pintura intelectual” estriba en que el artista pretendía reflejar en la obra sus ideas, sus emociones y se involucraban tanto en el acto de pintar que se fundían en la obra. Al igual que sus maestros chinos querían retratar el ritmo que sentían sobre la naturaleza en lugar de lograr una pintura realista, los pintores de Bujinga también darían a sus obras un carácter muy subjetivo. La idea central era que la pintura es una representación de los objetos como son vistos a través de un filtro mental.
En relación a la técnica solían despreciar la precisión realista en aras de lograr una mayor subjetividad, por ello sus trazos me recuerdan en cierto modo al difuso impresionismo, pintura también llena de subjetividad. Solían pintar con tonalidad monocroma y colores suaves y también acompañaban la pintura de inscripciones poéticas (estas inscripciones las hacían normalmente amigos del artista). Las composiciones consistían en varias capas superpuestas de pinceladas y la temática estaba constituida siempre por paisajes, flores, rocas, personajes y pájaros, y los llamados ‚ Cuatro Caballeros…ù (ciruelo, orquidea, bambú y crisantemo). Pero esta pintura fue evolucionando. Tras una primera época en que predominaba la temática china se empezaron a introducir influencias japonesas en las obras. Más adelante ,en el siglo XVII, Maruyama √îky√¥, introdujo en su pintura técnicas occidentales como la perspectiva y el sentido del espacio.
Los artistas más destacados – además del citado anteriormente – fueron Ike no Taiga, Uragami Gyokudo, Tanomura Chikuden, Tani Buncho, Yamamoto Baiitsu y Yosa Buson. Este último es muy famoso porque además de pintar era un gran poeta. En Yosa Busón (1716-1784) la fama como pintor oscureció la calidad de su obra poética, que fue reconocida mucho tiempo después. Yosa ilustraba sus haikus o añadía los haikus a sus pinturas logrando una sublime integración artística. Este arte de ilustrar los haikus luego se denominaría Haiga (pintura del haiku).
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