Onna- Bugeisha, las maestras del combate
En la imaginación colectiva está instalada la imagen de un Japón lleno de guerreros que combatían por todo el país durante la época de los señores feudales. Pero no todos conocen las historias en las que las Onna-Bugeisha defendían sus castillos y luchaban en los campos de batalla en post de la supervivencia y el honor.
Hoy queremos acercarnos a esas maestras del combate, esas mujeres guerreras del Japón feudal que vivieron innumerables batallas, procedían de familias nobles y participaban en conflictos en campo abierto.
Los orígenes de las primeras guerreras de Japón
En Japón, el origen de las cosas tiene una gran importancia. Libros como el Kojiki sientan las bases en las que se sustentan los lazos de sangre entre emperadores y dioses y, en leyendas como las de la emperatriz Jingú, el origen de la estirpe de las Onna-Bugeisha.
La emperatriz Jingú, armada con una Naginata, defendía la invasión a Corea durante el siglo III. Esta mujer guerrera, repleta de mitología a su alrededor, es para muchos la imagen colectiva de las posteriores mujeres guerreras de Japón.
Tomoe Gozen, la guerrera de Minamoto
Si hay una Onna-Bugeisha que sobresale por encima del resto en cuanto a cantidad de relatos que avalan sus hazañas es Tomoe Gozen.
Servidora del clan Minamoto, sus aventuras pueden leerse en el Cantar del Heike o Heike Monogatari, una obra clásica de la literatura japonesa en la que se nos relata que la guerrera ‘’valía por mil guerreros’’ y que ‘’combatió contra un dios’’.
El periodo Sengoku, el esplendor de las Onna-Bugeisha
El periodo Sengoku supuso una época de grandes batallas entre clanes en las que, por cuestiones prácticas, se adiestraban a las mujeres en el arte de la guerra para que defendieran los castillos de sus señores.
En este periodo que duró más de 100 años, las Onna-Bugeisha vivieron una época de esplendor, hasta la llegada de las armas de fuego introducidas por los portugueses.
Myorin, la moja guerrera, Yodogimi, al servicio del poderoso Toyotomi o Yuki no Kata, son algunas de las más importantes mujeres guerreras del periodo Sengoku.
El fin de las mujeres guerreras
El siglo XIX supuso un cambio drástico en el devenir de la sociedad samurái en Japón, un nuevo orden sociopolítico que dio fin a las conocidas Onna-Bugeisha.
Takeko Nakano, con su defensa del feudo del shogunato Tokugawa o Yae Niijima son las últimas guerreras de Japón.
Quaterni y las mujeres guerreras
Si te apasionan las historias de las Onna-Bugeishas, puedes adentrarte en las aventuras de Tomoe Gozen y otras cinco mujeres guerreras en nuestro libro de relatos ‘’Tomoe Gozen y otros relatos de mujeres samuráis’’.
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