El Haiku es la forma poética por antonomasia de la literatura japonesa. Se estructura en dieciséis sílabas, escrito en tres versos de cinco, siete y cinco sílabas respectivamente, y su medición fonética se denomina ”moras”.
Existen numerosos poetas que han destacado por su virtud en la creación de Haikus, pero son cuatro los denominados Grandes Maestros:
Basho fue el poeta más famoso del Periodo Edo. Consolidado por su estilo sencillo, siempre marcado por un componente espiritual, consiguió labrarse un renombre internacional. Su literatura sigue presente gracias a las recopilaciones poéticas.
Empezó a practicar el arte del Haiku desde muy joven, consiguiendo integrarse en el panorama cultural de Edo de manera notable. A pesar de ser maestro de poetas, renunció a la vida social y comenzó a recorrer el país en busca de inspiración.
Toniguchi Buson nació cerca de Osaka y pasó a ser reconocido como Yosa Buson tras forjarse un nombre como maestro de Haikus y pintor de renombre en la disciplina ”bunjinga”.
Con 20 años se trasladó a Edo, donde comenzó a estudiar literatura de la mano de su maestro Hayano Haijin. Tras la muerte de su maestro, Buson marcho tras la estela de Matsuo Basho, viajando por donde antes lo hizo este e inspirando sus Haikus en los mismos paisajes que el Gran Maestro.
Apodado como Yataro, nació en el siglo XVIII. Su poesía está marcada por dos constantes, la figura de su padre y, como otros grandes maestros, por el viaje constante por tierras de Japón. Una de las características más notables en su figura es la dualidad que presentaba como poeta y sus labores en un templo budista. Este hecho marcó sus Haikus, pues tras la muerte de su padre Kobayashi plasmó sus sentimientos hacia este y hacia la muerte con un fuerte caracteres budista.
Masaoka fue uno de los grandes poetas del periodo Meiji, aunque destacó también como crítico literario y periodista. De origen samuraí, se preocupó desde muy joven por la política de su país y forjó una gran amistad con Natsume Soseki, el mayor novelista japones de su época.
La forma en la que abordaba la poesía, le valió el título de ”renovador del Haiku”, llegando a ser considerado el cuarto gran maestro.